¿Y si lo que crees como verdad… no lo es?
Antes de continuar leyendo, te invitamos a realizar un breve cuestionario de 18 preguntas en somoslaluz.com/realidad.
Allí podrás descubrir si la doctrina que estás recibiendo proviene realmente de Cristo o si, sin darte cuenta, has sido parte de un sistema que lo imita.
Cuando el corazón se conforma con lo conocido
La mayoría de los creyentes no cuestionan la congregación en la que se encuentran. Creen que por tener una Biblia abierta, un púlpito y palabras sobre Dios, todo debe estar bien.
Pero Jesús advirtió que muchos vendrían en Su nombre, pero no serían de Él. La religión, cuando pierde al Espíritu, se convierte en un molde vacío que conserva la forma del evangelio, pero no su vida.
Y ese es precisamente el punto donde comienza el engaño: cuando lo falso se parece demasiado a lo verdadero.
Por eso, discernir ya no es una opción; es una necesidad urgente.
No todas las congregaciones enseñan el mismo evangelio
La pregunta que da título al libro ¿Es mi congregación una secta? surge de una realidad dolorosa: no todas las congregaciones enseñan el evangelio de Cristo.
Algunas han reemplazado la fe por emoción, la obediencia espiritual por esfuerzo humano, y la comunión en el Espíritu por estructuras controladas por hombres.
El libro, disponible en formato físico en Amazon y en descarga digital por un euro en somoslaluz.com, fue escrito para ayudarte a ver con claridad lo que muchos no se atreven a mirar.
Cada una de sus 18 preguntas te enfrenta, con verdad y amor, a las raíces de la doctrina que estás recibiendo, para mostrarte si es fruto del Reino o del sistema religioso del mundo.
El test que muchos evitan hacer
Algunos temen realizar el test porque saben, en el fondo, que la respuesta puede doler. Pero quien ama la verdad no teme ser corregido.
Este cuestionario de 18 preguntas, disponible en somoslaluz.com/realidad, es una herramienta sencilla que puede abrir los ojos a una realidad espiritual profunda:
que no todos los lugares donde se menciona el nombre de Cristo están bajo Su gobierno.
El objetivo no es atacar congregaciones, sino invitar a examinar la enseñanza que alimenta el alma, y reconocer si viene del Espíritu o del esfuerzo humano.
El verdadero peligro: creer que estás en la luz cuando aún estás en tinieblas
Satanás no necesita sacar a las personas del templo para alejarlas de la verdad; solo necesita que crean que ya la tienen.
Por eso tantas congregaciones hoy se parecen a sectas sin saberlo: se centran en el liderazgo, en los eventos, en el sentimiento y en la autoayuda, pero no anuncian el nuevo nacimiento ni la cruz.
La diferencia entre una congregación de Cristo y una secta moderna no está en el nombre ni en la denominación, sino en quién es el centro real de su mensaje.
¿Cristo o el hombre?
¿Gracia o mérito?
¿Vida espiritual o religión emocional?
El evangelio verdadero no se defiende, se vive
Quien ha conocido a Cristo no necesita demostrarlo con palabras. Su vida cambia, su mirada se limpia, y su deseo más profundo es que otros también salgan del engaño.
El propósito del libro ¿Es mi congregación una secta? es precisamente ese: llevar al lector a confrontar su fe con la Palabra, sin miedo, sin culpa, pero con verdad.
El que busca sinceramente, encontrará.
El que pide luz, será alumbrado.
Y quien se atreve a examinar su congregación con ojos del Espíritu descubrirá que Dios nunca quiso templos que controlaran a las almas, sino hijos libres guiados por Su Espíritu.
Da hoy el paso
No importa cuánto tiempo lleves en una congregación, si sientes que algo no encaja, no ignores esa voz interior.
Haz el cuestionario en somoslaluz.com/realidad y deja que sea Dios quien te muestre la verdad.
Luego podrás profundizar con el libro completo:
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Artículo principal: ¿Es mi congregación una secta?
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Libro físico en Amazon: https://www.amazon.es/dp/B0F8HTVQFF
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Descarga en PDF por 1 €: https://somoslaluz.com/producto/es-mi-congregacion-una-secta/
Conclusión
Dios no está llamando a cambiar de congregación, sino a salir del sistema y entrar en Cristo.
Haz la prueba. Examina lo que crees. Y si descubres que el evangelio que sigues no es el verdadero, no tengas miedo: Él mismo te mostrará el camino de regreso a la verdad.
